lunes, 16 de mayo de 2011

POBREZA Y EXCLUSIÓN SOCIAL


Otras de las lecturas del primer cuatrimestre fue una de Mercedes Reglero titulada “pobreza y exclusión social”. Estos conceptos van muchas veces unidos, pero ¿si no hay pobreza no existe la exclusión social? Pues no, y este es uno de los mitos que se deben eliminar de nuestra sociedad para que se vaya convirtiendo en una más justa e igualitaria.

Las personas tienden a darle a la pobreza un sentido cuantitativo, porque simplemente ven la escasez de recursos económicos, sin embargo, existe también como se señala en el texto, una falta de oportunidades para la integración social. Por otro lado, el concepto de exclusión social es más amplio, y engloba un conjunto de problemas y factores de riesgo que impiden a la persona tanto el desarrollo personal, como su integración y participación plena en la sociedad. Así pues, al relacionar la exclusión social con la pobreza, estamos cayendo en un grave error, porque no es la única causa por la que se pueda llegar a ella, veremos después los cambios socioculturales y económicos que influyen en el proceso de exclusión social.

No podemos negar que la pobreza es uno de los principales problemas que nos encontramos en la sociedad, especialmente ahora con la crisis económica. Leyendo el texto, me he dado cuenta que uno de los mayores errores que se lleva a cabo desde los poderes públicos es la medición de la pobreza, ya que los aspectos a tener en cuenta son principalmente los económicos. Cuando una familia no supera un determinado umbral es pobre, pero ¿y si no utiliza esos recursos de la forma adecuada?¿y si la persona, a pesar de tener unos ingresos mínimos no es capaz de satisfacer una serie de necesidades esenciales? Analizando la pobreza desde este criterio de medición de ingresos, los gobiernos tienden a tomar medidas paliativas, que bajo mi opinión lo único que pretende es invisibilizar la pobreza. Los poderos públicos, deben llevar a cabo una política social que tenga en cuenta otros ámbitos del individuo para tratar la pobreza y prevenir que esa situación pueda desembocar en exclusión social. Pues si no se hace un buen uso de los bienes económicos, no se van a resolver otras carencias del individuo.

Como se ha señalado, muchas son las causas de la exclusión social, y por tan muchos los colectivos en riesgo de padecerla. El texto señala cuatro áreas que favorecen a los procesos de exclusión: el proceso de heterogeneidad social, ya que se observa una mayor diversidad cultural debido a la llegada de personas de distintas nacionalidades; transformaciones en el mercado laboral, que exige la flexibilidad en la contratación y un manejo de nuevas tecnologías; inadaptación de la política social, ya que se hace difícil responder a todas las necesidades debido a la diversidad y heterogeneidad social; el cuestionamiento en el sistema educativo también es importante, pues mucho son los jóvenes que abandona la escolaridad obligatoria y no consiguen una formación básica.

Teniendo en cuenta los diferentes aspectos señalados anteriormente, se puede afirmar que son muchos los colectivos que están en riesgo de exclusión social, y cada vez son más los colectivos vulnerables a padecerla. Los jóvenes por ejemplo, al carecer de una buena formación son un colectivo con graves problemas de integración social, las mujeres, en especial aquellas con cargas familiares, ya que presenta dificultades para compaginar la vida laboral con la familiar, personas con una estancia prolongada de desempleo, personas mayores, personas sin hogar, etc.

Los tres principales ejes para garantizar una correcta intervención que favorezca la inclusión social son la familia, la participación en el mercado y el reconocimiento y participación pública. La familia es un pilar básico en el desarrollo de la persona, con el que se favorece el arraigo, además de ser un apoyo en situaciones de vulnerabilidad. Mediante la participación en el mercado, se obtienen recursos económicos que facilitan la autonomía personal, además de ayudar a integrarnos y relacionarnos con otras personas. Por último, el reconocimiento y participación pública es importante porque el individuo ejerce su ciudadanía.

Como conclusión, me gustaría hacer una última reflexión sobre el texto. A pesar de que la pobreza se vea como algo lejano, no es así, y como profesionales de la educación social debemos evitar que esto conlleve a una situación de exclusión. Sé que es muy difícil erradicar la pobreza, lo considero algo utópico en la sociedad capitalista que estamos, pero nuestra profesión tiene mucho que aportar ante problemas de exclusión social, pues nuestro papel es fundamental. Las medidas educativas son un elemento importante en la lucha contra ella, encaminado especialmente hacia medidas preventivas que ayuden a eliminar la aparición de factores de riesgo. Es importante actuar tanto en el individuo, como en la sociedad (educación en valores, eliminación de prejuicios y estereotipos, etc), y evitar ofrecer soluciones homogéneas, pues cada caso es distinto de otro y como tal, su solución es diferente. Por último, señalar que un importante garante de éxito para combatir la exclusión, va a ser la correcta coordinación por parte de los poderes públicos, y las organizaciones sociales.

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